miércoles, 23 de junio de 2010

De cómo lo inanimado no puede mover a un inanimado.

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- ¿Cómo dices esto, oh Trismegisto? Entonces, los trozos de madera, las piedras y todas las otras cosas inanimadas, ¿no son cuerpos quienes las mueven?

- De ninguna manera, Asclepio. Pues es lo que se halla dentro del cuerpo motor de la cosa inanimada, y no ese cuerpo mismo, quien mueve a la vez ambos cuerpos: el del que lleva y el de lo que es llevado. Por ello es por lo que un inanimado no puede mover a un inanimado. Ya ves pues la carga extrema del alma ya que, ella sola, tiene que llevar dos cuerpos. Que también los objetos móviles son movidos, en alguna cosa y por alguna cosa, es evidente.