domingo, 28 de febrero de 2016

Acerca de que en el hombre el Bien se mide en comparación con el Mal



En cuanto al hombre, el bien se mide en él por comparación con el mal. Porque el mal que no es demasiado grande, es aquí abajo el bien, y el bien de aquí abajo, es la porción más pequeña del mal. Es imposible pues que el bien aquí abajo esté completamente puro de toda malicia: efectivamente, aquí abajo el Bien es impelido hacia el mal. En efecto, habiéndose convertido en malo ya no sigue siendo bueno; puesto que no lo sigue siendo, necesariamente se transforma en malo. Por lo tanto es sólo en Dios que existe el Bien, o mejor dicho Dios mismo es el Bien. Entre los hombres, Asclepio, no se encuentra del Bien más que el nombre, pero su realidad no se ve en ninguna parte. Es imposible, en efecto. Pues no hay sitio para él en un cuerpo material que está asfixiado por todas partes por el mal, las penas y los sufrimientos, las concupiscencias y las cóleras, las ilusiones y las opiniones insensatas. Y lo peor de todo, Asclepio, es que se confía aquí abajo en cada una de las cosas que acabo de decir como si fuera el mayor bien, cuando todo esto es más bien el mal insuperable. La glotonería causa todos los males, el extravío es aquí abajo la ausencia del Bien.