jueves, 27 de diciembre de 2007

IV Discurso de Hermes a Tat


Cuando, por el contrario, las almas humanas no han obtenido al intelecto como guía, sufren idéntica condición que las de los animales sin razón. En efecto, el intelecto colabora con ellas al dejar el campo libre a la intemperancia, y las almas se dejan llevar por la violencia de sus apetitos hacia esas concupiscencias que tienden a lo irracional y al igual que los animales carentes de razón, no cesan en su entrega a los movimientos irracionales de la cólera y la intemperancia y nunca encuentran la satisfacción a sus vicios: pues los movimientos irracionales de la cólera y la concupiscencia son los vicios mayores. A esas almas es a las que ha impuesto Dios el gobierno de la ley, para castigarlas e inculparlas con el pecado.

No hay comentarios: