miércoles, 13 de agosto de 2008

XIII Sobre la potencia de aquél que reina sobre el fuego


Pero, cuando el Hombre hubo observado la creación que el demiurgo había modelado en el fuego, también él quiso producir una obra, y para ello el Padre le dio permiso. Entrando en la esfera demiúrgica, donde él debía tener plenos poderes, observó las obras de su hermano; y los Regentes amaron al Hombre, y cada uno le dio participación en su propia magistratura. Entonces, habiendo aprendido a conocer su esencia y habiendo recibido participación de su naturaleza, quiso pasar a través de la periferia de los círculos, y conocer la potencia de aquél que reina sobre el fuego.