jueves, 26 de junio de 2014

Acerca de que ni la ausencia carece de señor

 He aquí la Osa, que gira alrededor de sí misma, arrastrando en su revolución al cielo entero: ¿quién es el que posee ese instrumento? ¿Quién es el que ha encerrado el mar en sus límites? ¿Quién el que ha asentado la tierra sobre su fundamento? Pues existe alguien, Tat, que es el creador y señor de todas esas cosas. No podría ser, en efecto, que ni el lugar ni el número ni la medida fueran cumplidos con regularidad si no existiese alguien que los ha creado. Todo buen orden supone en efecto un creador, sólo la ausencia de lugar y medida no lo supone. Pero aun esta ausencia no carece de señor, hijo mío. En efecto, si lo desordenado es deficiente, no por ello obedece menos al señor que todavía no ha impuesto el orden en la ausencia de lugar y armonía.  

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